viernes, 29 de enero de 2021


 


 


 

El saco de beneficencia o el tronco de los pobres Por Alberto Pérez Fiallo

El saco de beneficencia o el tronco de los pobres,es una bolsa oblonga (Que es más largo que ancho) de boca abierta y bastante ancha, para que pueda pasar libremente la mano cerrada por ella.

Este es un saco que hace circular el hermano hospitalario de forma análoga, cómo el también saco de las proposiciones(Que casi siempre es de color negro). En esta bolsa se recoge los óbolos de beneficencia, las donaciones o efectos (por escrito dirigido al hospitalario), destinado al auxilio benéfico. Posteriormente se le entrega al tesorero para su administración.

La caridad es la virtud de amar al prójimo sobre todas las cosas, aún sobre sí mismo, considerando que la caridad es aquella virtud teologal por la cual se ama al prójimo como a nosotros mismos (por eso es un imprescindible escalón de formación masónica desde el primer grado). La caridad debe ser de forma oculta o discreta que nunca sepa la mano izquierda lo que da la derecha por esa razón introducimos la mano cerrada y la sacamos abierta. La caridad tiene también por frutos el gozo, la paz y la misericordia. Exigir la práctica del bien y la corrección fraternal; es benevolencia; suscitar la reciprocidad; es y debe ser siempre desinteresada y generosa; es amistad y comunión. Es por eso que el sentimiento de amor fraterno se relaciona así con los conceptos de justicia, armonía y entrega,( sin importar quien es el que lo necesita). Toda manifestación de fraternidad aparece en cuanto uno verdaderamente siente y sé acerca al reconocimiento de que la suma de todo el sentimiento de igualdad espiritual y de libertad, no son meros lemas masónicos, sino sentimiento profundos de cada uno de los hermanos.

En las Constituciones de Anderson de 1723 aparece: el amor fraternal es el fundamento y la piedra angular de la masonería; así como en la constitución de la Gran Logia de Francia se dice: la masonería es una Orden iniciática tradicional fundada sobre la fraternidad.

La masonería constituye una gran familia, en la que todos somos hermanos por la naturaleza del vínculo que nos une.
El sentimiento de fraternidad atiende a la dignidad del hombre, a su condición humana. La caridad es una de las tres bases o pilares de la masonería hermética. "No debe confundirse con la limosna que rebaja al que la recibe sin elevar al que la da”. Elevarse sobre los sentimientos y conceptos profanos de la caridad, constituye la verdadera idea de la institución, es el espíritu de entrega total hacia los demás como hacia uno mismo; sin la menor idea de reconocimiento de ninguna clase.
El espíritu de la beneficencia es el que hace del hermano “entregado” que con la mano tendida acude en todo momento en ayuda de otros, sin más distancia que la casualidad entre benefactor y ayudado. Es por eso el objetivo de poner un corazón pintado en nuestro saco de beneficencia aunque en algunas logias del mundo usan un Cáliz.
Gracias al Dr. Crucefix hace muchos años en la Gran Logia de Inglaterra quedó establecido el fondo de Beneficencia. El año de 1723 es de los más memorables para la Masonería no solo inglesa, sino universal, pues en este año se acordó la creación de un Comité de beneficencia, institución que tiene por objeto el socorro de los hermanos necesitados. La idea de crear este benéfico establecimiento fue iniciada por el Gran Maestre Duque de Buccleugh, realizada y también perfeccionada por sus distintos sucesores el Gran Duque de Richmond y Lord Paisley (1724-1725). Aunque sabemos que la masonería no es en sí una institución benéfica, por su carácter altruista propaga la idea de la ayuda hacia los demás.

Posteriormente en 1798 se estableció una sociedad en Londres bajo el patrocinio del Príncipe de Galés, el conde de Moira y otros altos funcionarios de la Gran Logia, cuyo propósito era auxiliar a los enfermos, ancianos y hermanos que se encontraban encarcelados y la protección de las viudas de hermanos fallecidos, niños y huérfanos; se recolectaba una guinea por año. Los diferentes fondos benéficos de esta naturaleza fueron desconocidos en America,(según A.Gallatin Mackey en su Enciclopedia de la Francmasonería) aunque algunas Logias fueron estableciendo un fondo para este objeto, en 1844 un grupo de hermanos de diferentes logias organizaron una sociedad con el título de Benévolos hijos de San Juan. La misma fue fundada bajo el modelo de la sociedad Inglesa antes mencionada, tales beneficios a los desamparados fue creando un sistema verdadero de la caridad masónica, no debemos caer en el error demasiado común de que la caridad es únicamente el sentimiento de conmiseración que nos conduce a auxiliar al necesitado con donativos pecuniarios. Desde la antigüedad en la iniciación, al candidato se le despojaba de los metales al principio de la misma y posteriormente al final se le pasaba el saco de beneficencia y se le instruía sobre él y se le explicaba que si no depositaba su óbolo en él, no era válida su asistencia ,pero el no tenía en ese momento nada por haber sido despojado de sus metales, en ese instante dos hermanos que estaban a ambos lados de él le decían, no se preocupe hermano en la masonería cuando usted no tenga para dar, nosotros sus hermanos daremos por usted.
La aplicación de nuestros principios masónicos es más y más extensa. El amor es la palabra que denota el estado benigno del espíritu que purifica en los seres de copiosa benevolencia y afectuosa consideración hacia los demás. En todas las sesiones de las logias debe pasarse un saco o bolsas con el objetivo de engrosar el fondo de beneficencia para poder ayudar a nuestros hermanos, familiares y la sociedad en general.

El verdadero masón, guiado por este sentimiento de amor a sus hermanos y semejantes, encontrará la forma de practicar la fraternidad con cualquier desamparado,
para encontrar en cualquier clima un hermano y en cada tierra un hogar.