jueves, 11 de mayo de 2023

ONCE CONSEJOS PARA SER UN BUEN VENERABLE MAESTRO

1. Sé el primero entre tus iguales

Uno de los principales retos a los que se enfrenta un Venerable Maestro, sobre todo si es nuevo, es al supuesto poder que se ejerce en una logia. En este sentido, vale la pena comprender que la voluntad expresada por tus hermanos en el balotaje o en las elecciones de la logia, sólo tuvieron un fin: elegir a alguien.
Entender que el puesto de Venerable Maestro no es otra cosa que una posición temporal y necesaria para el taller aminora las posibilidades de sentirse superior al resto. Es importante comprender que las funciones que representas en este momento ya las desempeñó alguien más y que otra persona lo hará después de ti; esto último te permitirá comprender que no eres indispensable para la posición que actualmente ocupas y te brindará más paz para realizar tu labor.
No pierdas de vista que eres el primero entre tus iguales, esto quiere decir que, aunque en este momento tienes el beneficio de dirigir una logia masónica, no quiere decir que otro hermano no pueda realizar esta misma tarea.
2. Ten los pies en la tierra
De mano con la recomendación anterior, vale la pena comprender que el puesto de Venerable Maestro no reviste más allá que una distinción de dirección. En muchas ocasiones, nos encontramos ante hermanos que ven en el mallete una posibilidad para realizar su voluntad. Lo anterior, suele ir de la mano con una situación de complejos o trastornos que nada tienen que ver con la masonería.
Para tener un buen desempeño como Venerable Maestro es crucial entender que el supuesto «poder» que se ejerce en una logia es simplemente un poder ficticio y de aplicación única y exclusivamente dentro de la institución. Adicional a esto, es importante que el hermano revestido con estas facultades comprenda que, si bien es cierto que en este momento el poder recae en él, no quiere decir que este deba ser usado en toda ocasión.
El mejor Venerable Maestro es aquel que comprende el cargo que tiene y las facultades de que dispone pero intenta mediar antes de verse forzado a usarlas.
3. Un buen Venerable Maestro manda sin acritud
Otra recomendación que vale la pena tomar en cuenta es mandar sin acritud, esta es una facultad que no sólo debe tener presente el Venerable Maestro, sino el Primer Vigilante, el Segundo Vigilante y en general, todos los hermanos.
Ser un hermano amable y que pueda dejar claro su punto con asertividad es una cualidad que vale la pena cultivar. ¿Cuántas veces nos hemos enfrentado a frases cansinas como: «esto no es de tu grado» sin tomarse la molestia de explicar alternativas?
Este tipo de acciones lo único que provocan es desalentar el aprendizaje entre los hermanos y contribuir al ausentismo en las logias. Ante esta situación, también vale la pena aclarar que, aunque en nuestra formación como masones hallamos encontrado estas acciones, esto no quiere decir que las debamos replicar. No todo tiempo pasado fue mejor y comprender esto nos permite avanzar. Muchas de las conductas que los hermanos de antaño incentivaron, hoy en día ya no tienen cabida en la masonería mundial.
Entonces, es importante aprender a ceder y mandar sin caer en los excesos.
4. Incentiva que tu logia trabaje los tres grados
Muchas logias en el mundo caen en la comodidad o en la pereza de trabajar únicamente uno de los grados de la masonería simbólica. Este puede ser el Primer Grado o el Tercer Grado. Un buen consejo para un Venerable Maestro es el de alentar a su logia a trabajar de manera recurrente los tres grados simbólicos.
Este tipo de acciones contribuyen a que las logias ejerciten a sus miembros en todas las áreas, recordando que la masonería debe ser integral y que, los grados no son «de paso». Esto último lo comentamos, pues en algunas logias es común que el segundo grado se contemple como un grado transicional entre el primero y el tercero; esto únicamente ayuda a que las logias descuiden el aprendizaje contenido en el segundo grado, tan elemental en los grados complementarios.
Mención a parte tienen los trabajos en tercer grado, pues hay logias que únicamente abren la logia en este grado para discusiones, elecciones o exaltaciones. Lo cierto, es que llevar trabajos para que sean retroalimentados por nuestros hermanos maestros puede resultar una dinámica sumamente enriquecedora. Y sí, hay más temas que los relacionados con la muerte.
Una recomendación para llevar a cabo este cometido es la calendarización de trabajos mediante un esquema semanal. Así, las logias pueden estudiar el primer grado en una semana, el segundo grado en otra y el tercer grado en otra más. Esto también genera la pregunta: ¿Y qué hacen mientras tanto los hermanos que no tienen esos grados? La respuesta está en la instrucción. Habilitar espacios para la instrucción con los vigilantes mientras la logia trabaja otros grados, puede ser una gran dinámica para el grupo.
5. El aniversario no es lo más importante
Cada año las logias masónicas desarrollan una serie de actividades de diversa índole, desde iniciaciones, aumentos, exaltaciones o trabajos regulares y hasta ceremonias especiales, como el famoso aniversario.
El tema del aniversario suele ser todo un asunto de debate al interior de las logias masónicas, pues fácilmente se puede tornar en trabajos interminables de horas de discusión sobre tópicos triviales como qué platillos servir, cuántos invitados contemplar o quién va a leer qué.
Por desgracia, este tipo de dinámicas suelen ser propiciadas por el Venerable Maestro, pues en ocasiones, el evento del aniversario deja de manifiesto la organización de la logia y hasta el «prestigio» del Venerable Maestro que la dirige. Aquí vale la pena mencionar que este tipo de dinámicas no son lo más importante, un año masónico no debería estar determinado por qué tan bien salió el aniversario.
La recomendación es desarrollar otras actividades que complementen, a lo largo de todo el año, la experiencia de los hermanos y de sus familias. Finalmente, vale la pena recordar que la masonería es una experiencia que vale la pena disfrutar a plenitud y que, si nos limitamos a un día «especial» del año, entonces no vale la pena.
6. Aprende a delegar funciones
El Venerable Maestro ejerce una labor de dirección, esto es innegable, sin embargo, algunos Venerables Maestros caen en el error de concentrar sus funciones y no aprenden a delegar.
Las logias masónicas son cuerpos compuestos por muchos miembros, con cualidades y personalidades diferentes que vale la pena explotar. El Venerable Maestro ideal sabe del potencial de sus miembros e intenta desarrollarlas para el beneficio colectivo.
Por ejemplo, si sabemos que un hermano es muy bueno ejecutando un ritual, vale la pena colocarlo en una posición donde le sea útil a la logia. También, es importante comprender que las funciones administrativas deben ser delegadas a los oficiales destinados para estas.
El ejemplo más claro es el del Secretario y el Tesorero; estos oficiales concentran el núcleo administrativo de la logia y el Venerable Maestro debe permitir que cumplan con su función.
Muchas logias se enfrentan a Venerables Maestros que influyen en la toma de decisiones sobre dinero p la administración de la logia. Vamos, se han dado casos en los que el Venerable Maestro cobra las aportaciones y las gasta a su vez.
7. Al Venerable Maestro se le recuerda por su dirección, no por sus logros
La dirección de una logia masónica es la función del Venerable Maestro, pero esto no siempre es claro cuando se lleva a la práctica. Dirigir una logia no es una tarea simple y mucho menos si no entendemos de qué se trata. En estos casos cometemos errores como una constante competencia con los «años anteriores» o con la constante necesidad de que «su año» sea recordado.
La correcta dirección del grupo y el enfoque que se le da a los trabajos tiende a convertirse en el sello personal de cada Venerable Maestro. Aprender a conducir los trabajos es un arte, pues las tenidas fácilmente se pueden convertir en sesiones aburridas o tediosas. Tampoco es bueno llegar a los excesos y convertirlas en centros de debate en donde todos salgan disgustados por una discusión acalorada.
La recomendación que hacemos es aprender a leer los momentos de la logia y los deseos del grupo. Pues habrá oportunidades en que la mayoría no desee realizar alguna actividad o prefieran una sesión más ligera. Esta es una habilidad que se aprende con el tiempo pero, que si se domina, trae muy buenos resultados.
8. Comparte los logros con todos los hermanos
Las metas y los logros de una logia siempre son uno de los sueños y objetivos que tienen los Venerables Maestros al inicio de su año. Algunos incluso preparan campañas en torno de enfoques para convencer a los hermanos de votar por ellos. Lo cierto, es que no siempre se llega a los objetivos planteados y que en algunas ocasiones estos objetivos no son deseo de la logia.
Las logias masónicas que logran alcanzar objetivos como colectividad, son logias que destacan en sus comunidades y entre las demás logias como grupos «fuertes». A menudo, estas logias, son laureadas y su Venerable Maestro es reconocido como un gran líder. Pero cuidado, no siempre es necesario que el Venerable Maestro tome el protagonismo ante los logros colectivos.
Lo mejor que se puede hacer en los casos de éxito de una logia, es compartirlo con el resto del grupo y entender que, si bien es cierto que las logias tienen una cabeza, esta no es responsable de todo. Esto, refuerza el enfoque del punto anterior, pues un líder al que vale la pena seguir es uno que reconoce el esfuerzo de todos.
9. Un buen Venerable Maestro comprende que no es «su año»
Comprender que este no es «nuestro año» sino el año tal de nuestra logia, nos va a dar un mejor enfoque sobre lo que se espera de nosotros.
No se trata de que nos esforcemos en dejar nuestra huella en la historia de la logia; se trata de que propiciemos las condiciones para que la logia por sí misma brille.
Lamentablemente, cada vez es más común que el ego de un Venerable Maestro entorpezca los deseos de las logias y las lleve a realizar actividades que no quieren o no tienen planeadas.
La recomendación para quien desea mejorar como Venerable Maestro es dejar que sean otros los que se lleven el crédito, no hay mejor líder que aquel que comparte el éxito con todos.
10. Escucha las necesidades de tu logia
Las logias masónicas tienen una personalidad, así como los individuos que las componen. Un Venerable Maestro que es empático con esta realidad, marca la diferencia entre un año productivo y uno para el olvido. Para realizar este tipo de análisis conviene observar a cada hermano y estudiar sus puntos fuertes, sus puntos débiles y sus deseos.
Muchas veces para lograr este cometido, es crucial que el Venerable Maestro se acerque por separado a cada uno para preguntar sobre sus expectativas, deseos y molestias, sólo así se llega a conocer al grupo que se dirige.
Este tipo de dinámicas favorece el desarrollo individual de los hermanos y además, contribuye a que el conjunto crezca de manera equilibrada. La única advertencia ante este tipo de ejercicios es la de comprender que no se le puede dar gusto a todos y que, no siempre el deseo de uno, es lo mejor para la mayoría. Estudia lo que conviene implementar y lo que no.
11. El Venerable Maestro ideal gobierna para todos
Quizá el consejo más importante de todos y el que algunos Venerables Maestros dejan de lado. Comprender que las personalidades de una logia son diferentes también implica saber que los hermanos tienden a agruparse con sus afines.
Esto va de la mano con la formación de pequeños grupos en las logias; si bien es cierto que estos grupos no deberían existir, es una realidad que los hay. Hay hermanos que gustan más de una dinámica que de otra y esto no lo podemos controlar.
Ante esta realidad, el Venerable Maestro debe comprender que, si bien puede decantarse por uno u otro enfoque de los grupos, también debe prestar atención a lo que el otro conglomerado tiene para ofrecer. Esto garantiza que la logia tenga un líder que escucha y que no impone. Además, favorece que no se polarice más un ambiente ya dividido.
Finalmente, si un Venerable Maestro no reconoce que se debe gobernar para todos, entonces quizá, no debería gobernar para ninguno.